domingo, 1 de julio de 2012


Y aunque quisiera olvidarte, no debo.
Pues si olvido, no recuerdo
cuál es la ilusión de vivir.

Sin ti, ya no siento,
la esperanza que mantiene despierta
a mi mente abierta.

Quisiera sentir el fuego
desprenderse de tu cuerpo,
para calentar mis manos sedientas
de tocar el aire que te sustenta.

Poder en las frías noches
comerte a besos sabor de miel,
que con mi boca apagarían
las llamas que provocan tu sed.

No temer a nada,
más que al frío de la mañana
y las gotas de rocío
que se cuelan por tu ventana.

Cuando nieve,
sumergirme entre tus palabras
que acarician mi mente desatada
por el infortunio de la madrugada.

Escuchar de tu mirada
los cantares de las aves
cual silban melodías
que dicen que hay un único amor
que nunca se olvida.

Si no te tengo,
no me tengo
ni padezco,
ni me siento.

Entre dudas y lamentos
lucho por lo que es cierto
que mi amor es más grande
que la luz del universo.